Hoy en La Gran Travesía os dejamos el especial dedicado al Monsters of Rock 1991, que se celebraría un 28 de septiembre en Moscú.
En ese momento, además de lo que sucedía musicalmente en Seattle, a miles de kilómetros de distancia…en la U.R.S.S ocurría otro terremoto, más político que musical, sin duda. La Unión de Repúblicas Socialista Soviética reconocía la independencia de Estonia, Letonia y Lituania, y Gorbachov iba bajando su credibilidad hasta que unos meses después, en diciembre, anunciaría la disolución definitiva.
2 años antes, en primavera de 1989, había caído el muro de Berlín precipitando, cual efecto dominó, sus consecuencias a otros territorios. Al igual que pasaría en 1989, la música rock no es que fuera el causante de todo esto, ni muchísimo menos, pero la juventud de allí sí que tenía claro que quería un cambio drástico. Y por aquella época la música rock tenía mucho que decir… o por lo menos, en aras de dar visibilidad a dichas situaciones y de aunar sentimientos colectivos.
Tal y como os comentamos en un programa de La Gran Travesía en el especial que le dedicamos a La música y la caída del muro de Berlín…(por si queréis escucharlo os dejamos aquí el enlace)
Hoy vamos a centrarnos en un concierto que sin duda actuaría como catalizador y dinamizador de enormes multitudes de gente que ya llevaban un par de años abiertos a la llegada del rock occidental.
Hace 30 años se celebraba el 28 de septiembre de 1991, el último concierto de la gira de ese año del festival Monsters of Rock.
Dicha gira se había iniciado en Copenhague, Dinamarca el 10 de agosto de ese mismo año, y durante mes y medio recorrerían varios países europeos. Pasaría por Polonia, Hungría, Alemania (que ya estaba unificada), Bélgica, Holanda, Austria, Italia, Francia, España…con un concierto en Barcelona, y acabaría en Moscú en la todavía existente Unión soviética.
Allí se juntarían una de las multitudes más brutales de la historia del rock. Algunas cifras hablan de 1 millón y medio de asistentes aunque otras hablan de entre 200.000 y 500.000, y que irían a ver a Metallica que acababan de lanzar el álbum negro hacía un mes aproximadamente, y AC/DC como cabezas principales, en su gira The Razors Edge. También en algunos conciertos de la gira estarían Queensryche y Mötley Crüe, pero en Moscú los grupos invitados serían Pantera, un grupo ruso llamado E.S.T, y los Black Crowes que acababan de lanzar un año antes Shake your money maker, su disco debut.
Como suele pasar en estos eventos tan masivos, las cifras varían bastante y los datos son contradictorios. Algunos cifran la asistencia a dicho concierto en medio millón de personas, y otros en millón y medio.
También por otro lado algunos datos hablan de numerosos enfrentamientos y disturbios con una cifra de muertos incluso de 53 personas, no en el festival directamente pero si en el día debido a los numerosos enfrentamientos que hubo en las calles de Moscú, pero la verdad es que no está del todo claro.
Si que se notaba un ambiente muy tenso en un momento de máxima crispación y alta presencia militar, en un país que no tenía prácticamente ninguna experiencia en este tipo de festivales. La elección de los grupos tan poco fue del todo casual. Un grupo de rock sureño americano como los Black Crowes tocando en suelo ruso parecía también mandar un mensaje conciliador junto con la actuación de los rusos E.S.T.
Y luego la elección de dos de los grupos más grandes del momento, Metallica y AC/DC, parecían querer mostrar que la política de apertura del país tenía su máxima expresión también en el sector cultural mostrando que no había marcha atrás.
Escucha el podcast completo en La Gran Travesía en Radio Free Rock